Magisterio y nacionalismo en las escuelas públicas de cuba, 1899-1920.

Yoel Cordoví Núñez

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Resumen

En el proceso histórico de constitución de la nación cubana dos nociones tributan a su definición: la de Estado en su forma republicana, refrendada en las constituciones de la República en Armas, y la de pueblo, cuyas expresiones fueron delineadas en el decurso del siglo XIX, con la conjunción de diversas imágenes construidas, bien desde una Cuba blanca y esclavista, excluyente y moderna, o desde el imaginario de otros sectores y grupos sociales, hasta llegar a la idea de una Cuba independiente e igualitaria, fraguada a través del movimiento independentista cubano, en el que habrían de solidarizarse reivindicaciones sociales de muy diversos orígenes.
Desde ambas nociones, Estado y pueblo, giraron los dos problemas esenciales que gravitaron en la cristalización de la nación: los márgenes de soberanía posible del Estado -en tanto estructura jurídica, política y administrativa mediante la cual se ejerce el poder y la soberanía- con respecto a Estados Unidos, y las cuotas de incorporación y representación del conglomerado social en los destinos nacionales.
Las condiciones inciertas en que debió surgir y desarrollarse el Estado nacional en el cual seguía cuajando la nación, obligaba a sustentar la experiencia de un “nosotros”, de cuya voluntad pareciera fluir espontáneamente las actividades del gobierno. En otras palabras, se imponía establecer un cuerpo de ideas, sentimientos y mentalidades, que diera sentido al presente y legitimara las proyecciones futuras, a partir del reconocimiento de una memoria colectiva, con base en la concientización de la existencia de un pasado común.
Esa memoria colectiva en el caso cubano tendría como sustento el imaginario patriótico del independentismo, el cual prevalecería, en medio de los reajustes estratégicos de posguerra, en las prácticas discursivas de las elites de las más diversas tendencias políticas.
En esa visión “combatiente de la nación”, entre negociaciones y consensos, rupturas y contradicciones del liderazgo independentista, problemas de tipo racial, clasista y regional, así como otras deformaciones originadas, y en ocasiones agudizadas, por la impronta de la dominación imperial, la exaltación del pasado, y particularmente de la épica independentista, de la que procedían los libertadores-ciudadanos, llamados a ejercer los destinos de la nueva nación, constituía un elemento significativo utilizado por la acción del nacionalismo a fin de legitimar el orden político. Había que procurar la formación de una conciencia colectiva en el conjunto social y para ello los usos públicos y también políticos de la historia se convertían en elementos claves dentro de la ideología nacionalista.


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