Reseña: Zoe de la Torriente Brau (1974). Índice analítico 1864-1958 de la revista Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana


CIENCIAS SOCIALES Y HUMANÍSTICAS

Reseña

 

Zoe de la Torriente Brau (1974). Índice analítico 1864-1958 de la revista Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana [reseña]

Zoe de la Torriente Brau (1974). Índice analítico 1864-1958 revista Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana [book review]

 

Manuel Paulino Linares Herrera1

 

1 Academia de Ciencias de Cuba; La Habana, Cuba
Correo electrónico: linares@academiaciencias.cu


 

Esta obra se presenta como el índice analítico que expone la colección de volúmenes de la revista Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, trabajo que simboliza una indiscutible referencia, una minuciosa revisión que organizó el grupo de investigadores de historia de la ciencia y la tecnología cubana del extinto Museo Histórico de las Ciencias Carlos J. Finlay. Este índice, necesario para la comunidad científica cubana e internacional, se debe a la Dra. Zoe de la Torriente-Brau, quien lo elaboró bajo la supervisión del Dr. José López Sánchez, eminente investigador cubano y autor del prólogo de la obra.

El documento abarca los contenidos de los 91 tomos de la revista, que se describen a través de 5659 fichas bibliográficas de las más diversas materias que fueron publicadas en el período 1864-1958. La publicación describe, en dos tomos, contenidos publicados que abarcan más de un siglo de historia de las ciencias cubanas, y en ella se referencian más de 680 autores nacionales.

Contiene dos índices: uno de materia, ordenado alfabéticamente, que recoge todas las disciplinas de las ciencias, catalogadas por secciones de trabajo que tradicionalmente identificaban los temas; y un índice de autores, también ordenado de modo alfabético por autores y títulos, que tiene el valor agregado de que se anotaron las fechas de nacimiento y muerte de los autores para una mejor ubicación histórica de los autores y sus investigaciones. Describe el índice analítico en su primer tomo 3837 fichas bibliográficas, de la letra A a la M, en orden alfabético, y el segundo tomo abarca los contenidos de la N a la Z, con las fichas desde la 3838 hasta la 5659.

La obra recoge de forma bibliográfica los contenidos de una de las más importantes revistas científicas de Iberoamérica, meritoria labor que contribuye a la investigación de las ciencias nacionales e internacionales.


Sobre el desarrollo científico en Cuba

La literatura histórico-científica cubana ha transitado como parte de la nación cubana; es un ente integrador de la cultura nacional y está llamada a ofrecer el modo de ser de la sociedad. Con la aparición a mitad del siglo XVII de los primeros elementos que darán comienzo a la identificación de la nacionalidad en la Isla, se inicia el estímulo que daría origen al movimiento científico cubano. El primer aporte estuvo dado en la publicación del que se considera el primer libro científico con temáticas cubanas, resultados dados a partir de investigaciones en torno a los eclipses solares, fenómenos naturales observados en Cuba, y a los intentos por la determinación de la posición geográfica del país con respecto a España. Esta obra, de la autoría del sevillano Dr. Lázaro de Flores y Navarro, con el título Arte de Navegar, fue publicada en Madrid en 1673, y constituye un significativo aporte para la literatura náutica mundial por los métodos de estudio utilizados en ella. Otras investigaciones publicadas que constituyen un relevante aporte fueron las del Dr. Marcos Antonio de Gamboa en la revista parisina Mémories de la Academia Royal des Sciences de Paris, en 1729, con la contribución de sus cálculos realizados para la determinación de observaciones astronómicas, deduciendo la longitud y latitud de ciudad de La Habana y de otras poblaciones del interior de la Isla, que resultaron importantes indagaciones que le sirvieron a Alejandro de Humboldt de base para sus investigaciones en América. Son estos de los datos que ofrece la autora de la obra.(1)

Se inicia desde finales del siglo XVII un desarrollo en el movimiento cultural de la Isla con la fundación de la Universidad Pontifica de San Gerónimo de La Habana en 1728. Y fueron importantes también los primeros pasos que se dieron para la divulgación de los resultados científicos, que datan de finales del siglo XVIII, con la publicación del Papel Periódico de La Habana. Este último se convierte en referente y destaca en sus ediciones noticias sobre ciencias: artículos basados en estudios de casos y fenómenos sobre epidemias ocurridas en la isla, apuntes de los cuales da fe la autora de la obra reseñada.(1) Otras publicaciones comienzan a circular a mediados del siglo XIX, como Bimestre, de la Sociedad Económica Amigos de País, y la Revista Médica Habanera, con destacados contenidos sobre las ciencias y sus resultados.(2)


Albores de la revista científica Anales de la Academia de Ciencias de Cuba

Con la institución de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, en 1861, se comienza un nuevo desarrollo de la cultura científica cubana. En el mes de mayo de 1864 se edita el primer número de la revista científica Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, la cual sería la publicación más importante de la ciencia cubana y es, hasta la actualidad, un fiel reflejo de los testimonios más verídicos y valiosos de la ciencia del país.

En la documentación que ofrece esta revista es posible seguir el curso del desarrollo histórico de la ciencia a través de los trabajos de los académicos cubano y extranjeros y de científicos invitados a publicar en ella. Muchas de las contribuciones publicadas se insertan en la literatura científica mundial: la más destacada fue la tesis de Carlos J. Finlay sobre la transmisión de la fiebre amarilla, que permitió comprobarla en la práctica social, organizando campañas médicas que terminaron con la erradicación de la enfermedad. Otras de las investigaciones de Finlay también aparecen publicadas en la revista.

Cita la autora del Índice analítico… que la revista tuvo dos grandes etapas: la primera entre 1864-1898 y la segunda entre 1899-1959. Durante la primera la revista publicó contribuciones de destacados hombres de ciencia; baste citar algunos: los naturalistas Felipe Poey, Arango Molina, Sebastian A. Morales; M. Fernández de Castro, y P. Salterain en geología, paleontología y mineralogía; André Poey, M. Fernández de Castro en meteorología. Carlos J. Finlay es también notorio en la segunda etapa, donde destacan autores como Enrique José Varona, Alonso Cuadrado, Carlos de la Torre, Carlos Theye, Monteuliew, Juan Guiterras, J. Le Roy, A, Arturo Aballí, Montané, Aristides Mestre, W. Hoffman y otros muchos intelectuales. La autora asevera que la obra representa un impulso científico al país, pues se convierte en un libro de obligada consulta.(3)

Las páginas de Anales continuaron publicando importantes contribuciones sobre la teoría de la relatividad, doctrinas biológicas sobre la evolución de la materia, sistemas periódicos de los elementos y otros temas. A pesar de los momentos históricos que destacaron el periodo, el esfuerzo individual de muchos científicos permitió mantener el espíritu investigativo, y se destacan indagadores como José Antonio Presno Bastony, Emilio Roig, Juan Marinello, Salvador Massip, Fernando Ortiz y otros.

En 1959, con el triunfo de la Revolución, se redimensiona la ciencia cubana hacia nuevos avances en función del desarrollo que se demandaba, y se establecen políticas editoriales en respuesta al crecimiento y la necesidad de conocimiento de la sociedad cubana. En 1962 la sede de la Academia de Ciencias pasó a instituirse como el Museo Histórico de las Ciencias Carlos J. Finlay, donde se atendían usuarios en función del conocimiento que aporta su nutrida biblioteca y el archivo. Se potencian las áreas museísticas y se desarrollan grupos de trabajo para investigar la historia de las ciencias.

Con toda esta restructuración de los organismos en el país surgen más de 100 nuevas publicaciones científicas. Al asumir el Estado cubano una nueva dimensión para la ciencia cubana, con la constitución del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (CITMA) en 1994, comienza a retomarse y crearse instituciones de ciencia, y en el 2011, la revista científica Anales de la Academia de Ciencias de Cuba comienza una nueva etapa, en la que persigue incorporarse a los estándares internacionales de la comunicación científica.

Universidades de los Estados Unidos y los servicios de la transnacional informática Google asumieron como proyecto la digitalización de ambos tomos del Índice analítico de la revista Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana; estas fueron la Universidad de Chicago, la Universidad de Harvard, la Universidad de Minnesota, la Universidad de Iowa, la Universidad de Michigan y la Universidad de Illinois. Los dos tomos están disponibles en Internet, en la dirección electrónica https://catalog.hathitrust.org/Record/000678876, y en el sitio https://archive.org/search.php?query=creator%3A%22Torriente-Brau%2C+Zoe+de+la%22. La versión impresa se encuentra en la biblioteca de la Academia de Ciencias de Cuba.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Sánchez Santo J. (prólogo). En: Torriente-Brau Z. Índice analítico 1864-1958 de la revista Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Academia de Ciencias de Cuba, Museo Histórico de las Ciencias Carlos J. Finlay; 1974.

2. Santovenia Díaz J, Cañedo Andalia R, Pinillo León AL. ¿Índices bibliográficos vs. bases de datos? Acimed 2006;14(6). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol14_6_06/aci18606.htm [Consultado: 24/9/2019].

3. Young F. The joy and importance of the analytical index. The Indexer: The International Journal of Indexing. 2017;35(2):76-77.



Agradecimientos. Se destaca la contribución de los historiadores Mercedes Valero, especialista principal del grupo de Historia de la Ciencias, y Alejandro Jiménez, especialista del grupo de Promoción de la Ciencias.

Recibido: 15 de enero de 2020
Aprobado: 23 de febrero de 2020



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